implantes dentales
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Implantes dentales cuando no hay hueso

Al perder alguna pieza dental y no reponerla, termina causando disminución gradual del hueso, y precisamente esa falta de hueso para colocar implantes dentales suele estar entre los principales problemas que se presentan al momento de planificar un tratamiento que implique la colocación de estos. En ese sentido, actualmente hay diversos tratamientos que permiten corregir la falta de dientes, incluso en el caso de pacientes que presentan una carencia de hueso.

Y es que debido al desarrollo de tratamientos o técnicas novedosas, existe la posibilidad de colocar implantes dentales cuando no hay hueso.

¿En qué consisten los implantes dentales sin hueso?

Los implantes suelen suponer una técnica bastante conocida y eficaz a la hora de reemplazar algún diente dañado o perdido; sin embargo, existen personas que no son aptas para recibir esta clase de tratamientos debido a que han experimentado una considerable pérdida de materia ósea alrededor de la zona de la mandíbula, por lo que no cuentan con el soporte físico que se requiere para poder asegurar tanto la asimilación como la estabilidad del implante.

En estos casos, cuando alguna persona no cuenta con suficiente masa ósea para soportar una prótesis, es preciso recurrir entonces a los implantes dentales sin hueso, aunque también se podría llevar a cabo una regeneración ósea.

 

Cabe decir que esta clase de implantes se caracterizan por ser esos que se encuentran especialmente diseñados para ser colocados cuando no hay hueso.

Estos implantes, igualmente conocidos como implantes cigomáticos, se tratan de prótesis fijas las cuales es posible colocar de forma inmediata sin tener que realizar injertos óseos, lo cual supone un tratamiento llevado a cabo por un cirujano maxilofacial sobre huesos que poseen un alto nivel de dureza, por ejemplo, los pómulos.

Así, los implantes dentales cuando no hay hueso se presentan como una solución perfecta para numerosos pacientes, que por diversos motivos, han perdido piezas dentales y experimentan reabsorción ósea como consecuencia.

¿En cuáles casos se recurre a los implantes cuando no hay hueso?

Este tipo de tratamiento suele ser usado en aquellos casos donde la boca de los pacientes cuenta con muy poco hueso, o al existir una total carencia del mismo; teniendo eso en cuenta, hay entonces ciertas ocasiones en las que resulta preciso apostar por esta técnica, por ejemplo, las que te mencionamos a continuación:

1.      Traumatismos

Cuando la persona sufre un golpe demasiado fuerte que le hace perder no solo la pieza dental, sino también el hueso que la sustenta.

2.      Bacterias

Cuando por no tener una correcta higiene bucal, los dientes terminan dañados por la presencia de bacterias que destrozan tanto parte de ellos como del tejido óseo.

3.      Enfermedades

Existen ciertas enfermedades que podrían terminar causando la perdida de piezas dentales, por ejemplo, esas que afectan el calcio del organismo, entre otras.

4.      Envejecimiento

A medida que avanza el tiempo, varias de las funciones del organismo dejan de ser como lo eran en el pasado, durante la juventud, como es el caso de la descalcificación de los huesos, lo que podría terminar causando la perdida de dientes.

5.      Tardar demasiado tiempo antes de colocar el implante

Tras someterse a la extracción de alguna pieza dental, resulta indispensable cerrar el espacio generado de forma inmediata, porque de lo contrario es posible que se produzca la pérdida de hueso, lo que complica la colocación de una prótesis.

¿Cómo se colocan los implantes en los casos donde no existe hueso?

Antiguamente, las personas que presentaban pérdida ósea no tenían la posibilidad de colocarse implantes dentales, sin embargo, gracias a las nuevas tecnologías y también a los avances médicos dentro del área de la odontología, en la actualidad se pueden colocar implantes dentales incluso cuando no hay hueso.

  • Elevación de seno: Consiste en una intervención a través de la cual se restaura la membrana de Schneider o sinusal, con el fin de corregir su posición. Para esto es necesario despegar y elevar la membrana, para después rellenar el espacio libre usando hueso artificial de sustitución.
  • Injerto de hueso: En este caso, se combina el hueso mandibular con materia ósea, lo cual permite darle tanto la anchura como la altura que se requiere para poder sostener el implante.

Ahora bien, es posible tomar dicho injerto no solo de la cavidad oral, sino también de la cadera o la tibia, etc., e incluso existen dentistas que suelen tomar material óseo de donantes externos, los cuales pueden ser humanos o también animales; al igual que injertos de hueso artificial producidos de forma comercial. De esta manera, una vez que la mandíbula logra recuperar la densidad necesaria, el dentista podrá colocar el implante dental de manera segura.

  • Colocación de implantes cigomáticos: Implica la colocación del implante en el hueso cigomático, el cual se ubica en la mejilla, específicamente en la zona más externa del rostro y que forma los pómulos.
  • Mini o micro implantes: Los implantes mini o micro, destacan por ser tornillos fabricados con titanio, los cuales poseen alrededor de 2mm de diámetro y 6mm de longitud. Son implantes cortos que se encuentran diseñados de modo exclusivo para casos donde los pacientes poseen poco hueso.